Este collar es una declaración de identidad y naturaleza viva. Compuesto por un cuerpo de piedra volcánica, piezas de nácar y dijes de espinas de erizo de mar en sutiles tonos verdosos, violáceos y terrosos, conjuga fuerza, textura y ligereza en un equilibrio orgánico.
De look étnico e impactante, cada collar es único e irrepetible: los materiales naturales que lo conforman presentan variaciones propias de su origen, imposibles de replicar. Su carácter liviano y su espíritu de pieza-objeto lo transforman en un amuleto contemporáneo que celebra la diversidad del paisaje latinoamericano y la belleza imperfecta de lo hecho a mano.
